Esta época de cuarentena ha hecho que nos sintamos de distintas maneras tan conflictivas que nos hacen pensar si hay alguna forma (además de la terapéutica) por la cual puede uno encontrar respuestas o entender la situación pandémica en la que se está viviendo. Sin duda, algunos encontrarán consuelo en la literatura y en la filosofía. Y es por ello que “La peste” de Albert Camus es un libro obligado a leer. Pues entre la ficción y la realidad hay importantes similitudes.
1. Ciudades similares en tanto la historia y la realidad
La historia se centra en Orán, un lugar donde lo único que llama la atención es lo vacía que es la ciudad, lo superficial y monótona que es la gente. Pero que, tras la epidemia, se sufren diferentes cambios desde sociales hasta morales. El desarrollo de aquella amarilla ciudad sin duda es la misma que está pasando en la Ciudad de México, Chimalhuacán o Nezahualcóyotl.
2. Desarrollo de las enfermedades tanto en ficción y lo que está ocurriendo
Si bien la epidemia en Orán es la peste y la que se vive es COVID-19. Comparten el punto de infección, desde la incredulidad de la gente, así como el desarrollo de esta. Así también como el efecto en el trabajo de contención como el social.
3. El absurdo de “La peste” se observa en la realidad
Si bien la novela es filosófica no es complicada de leer, ni mucho menos encontrar las enseñanzas y percepciones de Camus con respecto al absurdo. La peste no es otra cosa que la vida misma, así mismo las explicaciones de esta por uno de los personajes deja la misma sensación como si de algún académico hablará sobre lo que se vive con lo actual.
4. La obra parece predecir las acciones que se ahora se ven
Desde los dilemas éticos/morales hasta los conflictos mismos por los cuales los individuos se van perdiendo a sí mismos han hecho que está obra sea, a pesar de su creación en el siglo pasado, anacrónica. Pues si uno se permitiese las relecturas de esta obra, no sólo encontraría los supuestos filosóficos del absurdo, sino también tanto la cadena de mando y la interrelación de la enfermedad con la sociedad.
5. Nada tiene sentido
Reflexionando sobre la obra se va suponiendo que la peste es dada por efecto de los agentes infecciosos. Pero, la peste no ocasionó los estragos sociales que se vivieron. Sino más bien potencializaron las características negativas y falencias de cada uno, lo cual desde la pérdida de si mismo como la misma muerte se excusaron por lo sucedido. Aspecto que se observa en la realidad. Es por ello que no tiene sentido la peste como causante del malestar más que la vida humana misma.
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